martes, 26 de marzo de 2019

Me he perdido

He perdido conmigo misma,
porque siempre estoy en mi contra.

Hay una voz ronca que me dice
qué puedo chillar mucho más fuerte
de lo que lo hago,
también me dice que lo soy.

Los quitamiedos nunca han hecho
que la hostia duela menos,
sólo que la onda expansiva llegue menos lejos,
la realidad
siempre
me ha pegado más fuerte que las pesadillas,
aunque éstas,
pensaran que podían conmigo.

La cara oculta de la Luna seguro que está triste,
pero siempre con los labios pintados.

Hoy me he descubierto con los pelos de punta
al leer tu nombre,
y no hablabas de mi,
también he dicho
que cuando vuelva sobre estas palabras
no me voy a encontrar a mí,
aunque sea yo.

La nostalgia es un sentimiento,
con las piernas igual de largas que su alcance,
y por mucho que se suba las medias
y le queden bien,
no voy a entender por qué lo hace.

Paso de puntillas por todas las vidas que me rodean
porque no me gusta hacer ruido,
dejo una firma con mi nombre
debajo del somier de sus camas
por si algún día cuando se olviden de mi,
hacen limpieza,
y reaparezco.

Yo tampoco me buscaría por voluntad propia.

Mis dudas están formuladas en condicional,
pero para nada simple,
compuesto por todas las formas que existen
de hacer preguntas sin partículas interrogativas
que den a entender que de verdad,
quiero saber algo,
porque dudo hasta de querer saberlo.

La autosugestión me funciona mejor conmigo
que con cualquiera,
sé cómo prevenir el hecho
de que no sé cómo curar
me.

No me volveré a llamar.

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