jueves, 8 de noviembre de 2018

These four words - The Maine

Desde que era pequeña
he creído en todos y cada uno
de los cuentos de hadas
que me hayan podido contar,
siempre las he buscado en el bosque
y nunca he dicho la frase
por la que podían llegar a desaparecer,
y nunca, nunca, nunca,
dejaré de hacerlo.

También es verdad
que cada vez
que alguien me contaba un cuento
escuchaba atenta
hasta el primer indicio de irrealidad:
Caperucita era una niña, bien
que iba por el bosque con una cesta, creíble
que se desvió del camino para llegar antes, normal
que se cruzó con un lobo que le preguntó que a donde iba y que qué llevaba.

Para,

espera,

a partir de aquí ya tengo que cerrar los ojos
y tengo que ver eso bien,
porque con los ojos abiertos
no soy capaz de verlo.

'Si le pides un deseo a la estrella azul seguro se te cumplira'

Hace cuatro años alguien me preguntó
que si alguien seguía escribiendo cartas de amor,
miré a mi alrededor y supuse que lo lógico,
era decir que no,
pero no miré lo bastante lejos.

Hace cuatro años y medio
recibí una carta de amor,
con sello, caligrafía del siglo pasado
y un desgarro en el pecho.

Hace cuatro años y cuatro meses,
contesté una carta de amor.

Tenía 100 voces
dentro y fuera de mi cabeza
que no paraban de repetir
que todo lo que estaba pasando
era un cuento de hadas,
y yo por más que cerraba los ojos,
no conseguía ver nada.

Cada vez que te borro,
reapareces.

Hace cuatro años me llegó otra carta de amor,
y fui a buscar al remitente a París,
encontré un piso pequeño con mucha luz,
mucho tiempo libre bien aprovechado,
una película con la luz apagada,
y vacío.

Hace tres años y medio,
te empecé a hablar
como si fueses mi diario
pero sin decirte lo mismo.

Hace tres años nos dejamos de hablar,
porque no sabíamos qué decir.

Hace dos años que no te veo,
porque no había migas suficientes
para hacer un camino de vuelta.

Hace un año que no te hablo,
porque no tengo nada que contestar.

Hace un día que no dejo de pensar en tí,
y en cómo decirte
que ya no creo en tí,
ni con los ojos abiertos,

ni viéndote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario