martes, 6 de noviembre de 2018

Danny

He leído y releído todas tus cartas y una otra y otra vez, como si buscase algo diferente a lo que sé que hay, pensando que hay partes que no he memorizado -como si eso pudiera ser posible-, seguro que puedo escribirlas todas hasta con los ojos cerrados.

También me tiembla la mano, y sigue sin ser del frío, es como si mayo hubiese llegado, pero la primavera no.

Cuando pienso que ya he salido, entro en otro bucle que mido en kilómetros, los que hay o parece que hay entre yo y cualquiera que me importe lo más mínimo, es como si un compás hiciese un círculo a 600km de mí marcando un perímetro de seguridad en el que tengo que permanecer, como si salir me fuese a hacer daño -me fuesen hacer daño-, sin saber que dentro, también hay alambre de espino enmarañado que me duele.

Tengo un agujero negro que se traga todas las palabras que no sé decir, que pienso que hacen más daño fuera que dentro de mi cabeza, todo se queda vacío y mi voz hace tanto eco dentro que me da miedo dejarla salir, aunque sea para pedir ayuda. Lo único de lo que ahora mismo estoy segura es de la ausencia, que hay, que existe y que provoco, tanto dentro como fuera del perímetro, mi cabeza puso el compás a 600km pero yo lo tengo a 5cm y pienso que fuera de eso, no hay nadie, y dentro, tampoco estoy yo.

Escribo todo lo que sé que no voy a decir nunca, en periódicos que nunca están listos para publicarse o en esos que llegan demasiado tarde, cuando la catástrofe ya no tiene arreglo. Siempre pienso que alguien los encontrará cuando no sea demasiado tarde para ellos.

Yo también me acuerdo de Sabina, de lo fríos que tenía los pies aquel día, de que has sido el único en dormir en mi cama, que eres el único al que dejaría volver a entrar, del regaliz, de que me sigo viendo como una niña pequeña que sigue preguntando cosas que los demás, ya tienen asumidas, que vais corriendo a todos los sitios y yo, todavía, no he aprendido a gatear. Cómo ver permanentemente a patinadores sobre hielo profesionales a mi alrededor y yo sólo tratase de no perder el equilibrio.

No pido que lo entiendas, en realidad no pido nada, sólo te cuento mi pequeño gran desastre, y que hace mucho que dejé de leer sobre nudos y cómo se deshacen.

Pd: te he dibujado mi mano de mala manera, por si tú encuentras alguna buena en la que encaje con la tuya.

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