martes, 6 de febrero de 2018

Vivo

Vivo en el agujero que hago saliendo de una manzana,
en el suburbio que se mira desde lejos con cara de asco
y del que podías haber salido tú,
en la lágrima de alguien que no sabe por qué llora,
en la de alguien que si lo sabe y no puede parar,
en la respiración de alguien que se ahoga,
que no,
puede,
seguir.

Vivo en la parte llena de telarañas que seguro que tiene la luna,
la que no brilla,
la que no dice nada,
ni mira a nadie.

Vivo en el umbral de una puerta que nunca se abre,
a la que llamas y nadie contesta,
dónde miras y no ves ventanas,
donde la chimenea echa humo,
pero no hay nadie en casa.

Vivo en un patio trasero lleno de ropa tendida llena de manchas que no salen,
donde todo está roto y roído
donde nadie tiene agujas
ni hilo
ni ganas de arreglar nada.

Hay cosas que rotas están más bonitas.

Vivo en una montaña rusa que no tiene final,
es todo un bucle en el que paso siempre por los mismos sitios
por los mismos sitios,
por los mismos sitios,
y me mareo siempre en las mismas curvas,
en las mismas curvas,
en las mismas curvas,
y no se salir.

Vivo en la despedida de alguien que se está alejando y en ningún momento se da la vuelta para mirar atrás.

Vivo en una película mala que dura 3 horas sin intermedios y tienes que ir al baño,
en una canción dónde no hay guitarra
ni piano,
donde el que canta no se rompe,
y los que escuchan,
están enteros.

Vivo en una pecera sin agua,
como si dar saltos fuese a evitar que acabase inmóvil.

Vivo en un latido que casi no se oye
y nadie hace nada por oirlo.

Vivo encerrada en sitios de los que no me dejan salir,
donde vivo sola,
dentro de mi.

Mi cuerpo será carcel
pero mi mente es alambre de espino,
y no sé a qué le tengo más miedo.

Vivo rodeada de todo lo que no puedo controlar
cambiar
mirar
ni sonreir.

Vivo,
y no quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario