martes, 20 de junio de 2017

Mi, me, conmigo.

Me estoy intentando acostumbrar a estar sola.

Es una forma de intentar autoconvencerme
de que siempre
he sido suficiente para mi
aunque siempre
me empeñe en pensar lo contrario.

Sé que no le debo nada a nadie,
aunque en la lista de espera de cosas por hacer,
la ultima sea yo.

Tengo la manía
de poner a los demás delante de mi,
y así normal que siempre
me tropiece con alguno
aunque ellos no me pongan la zancadilla.

Cambio más de prioridades que de pestañeos
y tengo uno para cada día del año.

Por primera vez quiero saber quien soy,
meterme en un laboratorio
y abrirme a ver qué hay,
quitar las telarañas
que me impiden ver todo lo que me sobra
y tirarlo lejos.

Saber si tengo algo bueno,
si eso se puede duplicar,
reproducir,
multiplicar,
usarme para algo que no sea hacer(me) daño.

Llegar a saber si algún dia
me conoceré tanto
como creen hacerlo todos los demás,
si soy capaz de proyectar
lo que yo veo de mi
para que los demás vean lo mismo que yo
y no algo que no soy.

Estoy hablando de bucear a sitios en los que estoy segura de que me voy a ahogar,
pero por lo menos,
lo haré sola.

Nadie tiene por qué naufragar conmigo.

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