Y comieron perdices
y vivieron felices.
¿Te acuerdas?
Después de todos aquellos traspiés,
tropezones,
zancadillas
y retrocesos.
Cómo nos costó seguir después
de que todo se torciera,
y eso que decían que el alambre de la jaula era fino,
y que podía moverse con las manos,
y que sí
y qué.
A ver quién me las cura ahora que no estás.
¿Te acuerdas?
Nos conocimos sin querer,
sin querer evitarlo, digo,
y tuvimos tanta prisa que normal
que nos tropezaramos,
ni siquiera se
como hemos podido terminar de una pieza,
y encajar.
Pero era todo tan bonito,
el tiempo pasaba deprisa
aunque andasemos despacio,
nunca me cansaba de ir de su mano,
la lluvia caía,
y nosotros también,
uno sobre otro, digo.
Éramos,
una vez,
hace mucho tiempo.
¿Te acuerdas?
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