sábado, 24 de septiembre de 2016

No tengo derecho

No sé si es él,
tampoco se si quiero que lo sea,
tampoco se si quiero,
tan poco se. 

No se el sentido en el que vuelan
las libelulas de mi estómago cuando se acerca,
ni hacia donde camina el hormigueo
de mi cabeza cuando no está,

tampoco se si los mataré yo o lo hará él.

Tendré una necrópolis viviendo dentro,
y de algo se tendrá que alimentar.

Supongo que las ruinas no alimentan a nadie
pero dan algo de refugio a quien sabe en que esquina girar.

No se si los gusanos se comerán lo que (me) quede.

Tampoco quiero saberlo.

Mis costillas son un monton de insectos palo
que nunca han sabido qué estaban guardando,
siempre han visto un vacio,
un agujero negro que destruía
lo poco que conseguía crear.

Una vez soñé que tenia alas,
y que no las rompía,
aunque nunca fui capaz de volar,
me dedicaba a pensar demasiado
en cosas que no llevaban a ninguna parte
pero siempre me daban la mano
cuando nadie mas lo hacia.

La unica cosa que se crear se llama confusión
y soy tan avariciosa que la quiero toda para mi
y tan egoista que no quiero que la tenga nadie más.

Las ranas no saben tragar saliva con los ojos abiertos,
y a mi a parte de eso, me duele hacerlo
como tantas otras cosas que no escribo.

Nadie más lo entiende.
Nadie más me entiende.
No se lo pienso explicar a nadie.

Yo qué se.

No se si es él,
pero ojalá lo sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario