viernes, 29 de julio de 2016

¿Os acordáis cuando las cosas no se rompían?

Duraban más que el medio suspiro
que nadie me provoca.

Alguien pende de un hilo que ni siquiera es suyo,
y se va deshilachado cuando no lo mira.

Le trata de insuficiente,
le mira y se ríe,
le divierte ver como se cae.

Si no fuese yo, a lo mejor también me reiría.

El hilo sigue sin ser mío,
y puede romperse cuando quiera.

El espacio que hay entre el hilo
y lo que quiera que haya debajo
es cuando se piensa lo de 'ya no hay nada que hacer'.

Ese hilo hubiese sido más útil alrededor de mi cuello,
que de mis dedos,
pero no me lo coloqué yo,
como todo,
¿quien alarga la agonía de algo cuando de dolor se muere antes?

Siempre he jugado a ver quién acaba primero.

El hilo se sigue rompiendo,
y creo que lo que más me duele
no es pensar en la ostia
sino en que podía haber evitado estar colgando de ahi.

Lo mismo me suelto.

Lo mismo de siempre.

Lo mismo nunca es para siempre.

Me voy a soltar.

A nadie le gustan los finales cuando no son felices.

El hilo se ha roto.

¿Os acordáis cuando las cosas no se rompían?

Hoy me he roto yo.

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