miércoles, 13 de enero de 2016

Ausencias


La pregunta que más me hacen

es que por qué llevo una uña sin pintar,

que si se me ha roto

que si se me ha caído.



Las cosas que faltan por dentro no se notan por fuera.

Y a veces ni eso.



Llevo una uña sin pintar

porque me faltan cosas,

personas,

y me gusta recordármelo,

porque cada vez que intento mirar dentro

me ahogo.



Mi uña sin pintar,

es un abrazo por la mañana

y un beso por la noche

desde que tengo uso de razón,

un 'cuidado'

un 'así te vas a hacer daño'

y un 'deja que te ayude'

desde que puedo recordar,

es una comida casera,

una tarde de pelis desde el suelo,

un 'te ayudo con los deberes'

desde hace dieciocho años,

desde hace dos.



Mi uña sin pintar

son unos buenos días y unas buenas noches

con fecha de caducidad,

un 'eres alguien'

que nadie me dijo,

una puesta de sol a 600 kilómetros de la mía,

explicaciones,

cables,

ausencias.



Mi uña sin pintar

es una cama a 1200 kilómetros de la mía,

unas baldosas que tengo que pisar

de una sola mano,

una respiración a un milímetro de la mía,

una canción de Sabina,

un libro de poesía,

un cuadro sin terminar,

un.



Mi uña sin pintar

son mis abuelos,

mi madre y mi hermana,

cuando estoy sola en casa.



Mi uña sin pintar soy yo,

cuando no estoy conmigo.



Mi uña sin pintar

hoy es una mano entera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario