domingo, 21 de diciembre de 2014

Divaguemos

Os contaré algo que no contaba con que me pasara. ¿No os ha pasado nunca que habláis con alguien y de repente aunque viva en Mordor es como la persona que hubieseis querido que estuviera siempre a vuestro lado?

Me pasa demasiado a menudo, pero normalmente no le doy a una persona más de dos meses cuando habla conmigo, generalmente no le doy ni dos semanas pero cuando pasa de ahí el limite está en dos meses. O soy muy pesada, o canso, o hablo mucho de cosas irrelevantes, inmadura, infantil, cría, muy pequeña para sus años, muy obsesiva, salida irracional, los motivos que me han dado son infinitos así que he dejado de cuestionarme sin son verdad o mentida y los he dado todos por validos. Cuando alguien me dejaba de hablar, no intentaba volver a hablarle de nuevo, me decía que era normal, que eso era lo que les pasaba a las personas como yo, una vez que admiten que eres rara, lo demás es más fácil de respaldar.

Pero un día aparece alguien, que no dice nada de eso, que admite lo que eres y no lo cuestiona, que habla todos los días contigo, que le gusta que le cuentes cosas, aunque sea con 2000 palabras en vez de con 20, aunque no tengan sentido, sean malsonantes o una estupidez infantil, y que además le preguntes cosas y te digan 'esta historia es confidencial y no se la he contado a nadie' tu digas que lo entiendes, que como sois desconocidos no tiene porqué contar nada que no quiera, y medio minuto después tengas una parrafada explicativa con todo eso que no te podía contar.

Puede que no lo entendáis pero porque nunca habéis hablado con una desconocida conocida. Al parecer tengo un extraño don para que la gente confía en mi, da igual dos día de dos minutos que dos meses. El periodo de tiempo en el que hablo con la gente es siempre igual, aunque alguno sea más largo que otro. Primero empiezo a interesarme mucho por su vida, porque me gusta saber con quien hablo y de que cosas puedo hablar y de cuales no, y porque a la gente suele gustarle que te intereses por su vida, después el hace tres tristes preguntas por la tuya, hasta que vuelves a desviar la atención hacia la suya, después llegan a la parte esa de 'es que a ver, es complicado...' y te sueltan la parrafada madre con todas sus preocupaciones o esas cosas que solo contaría a un desconocido por que no va a juzgarte. Hasta ahí todo es maravilloso, el chiste viene después, que como ya han llegado 'a la parte cumbre' o 'a donde querían llegar' se van olvidando de ti, y con 'se van olvidando de ti' quiero decir ' como ya tengo lo que quería que te atropelle un camión que no te pienso hablar en todo lo que me queda de vida'.

Así que bueno, estoy justo después 'de la parte a la que querían llegar' a ver si mañana llega la del atropello del camión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario