viernes, 6 de octubre de 2017

Por aquí pasan muchos trenes, unos les esperan en el anden, y otros en las vías.

No espero que entendáis
lo que no pretendo explicaros,
vivo mucho más pendiente
de la persona que era
que de la que quiero ser,
y no me molesta estar pendiente
de algo que no puedo cambiar,
estoy segura de ello.

No recuerdo la ultima vez
que le sonreí a alguien de verdad
esperando que me entendiese.

Voy andando
por caminos que ya he pisado
y no me aprendí dónde estaban
las mismas piedras
con las que me vuelvo a tropezar,
es como vivir en un bucle de cosas
en un bucle de cosas
en un bucle de cosas
en un bucle de cosas
en un bucle de cosas
en un dejavu constante
y algo me impide abrir los ojos
y saltar la piedra.

Sigo pensando
que escribir en folios
es pegar un grito hacia el vacío
para que nadie lo escuche
a no ser que se haga un avión con el papel
y se tire a ver quien lo encuentra primero.

(En un bucle de cosas)

El unico remitente
de mi carta de suicidio
sería yo,
y ni por esas me encontraria,
todos mis gritos al vacío
están llenos de rabia.

(En un bucle de cosas)

Pinte una raya con mi inconformismo
y la he pisado tantas veces
que ya no sé dónde está.

(En un bucle de cosas)

Quiero pensar
que puedo salir de aquí
por otro lado que no sea
la ventana de un 2°
y un segundo después
pienso en que no sería capaz.

(En un bucle de cosas)

Entiendo más de aeropuertos
que de abrazos,
soy más de hiur,
que de soportar,
y la única mano que busco
cuando despega un avión
es la mía,
no entiendo por qué necesitaría
buscar otras.

(En un dejavu constante)

Habéis encontrado el avión,
no dejéis que el grito al vacío,
se llene.

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