Un piano, unas notas, el sonido del lápiz en el papel,
aunque en este caso todo sea virtual, para me en cada coma solo para mirar por
la ventana, y al hacerlo, ver la lluvia es la única que me acompaña esta noche.
Diréis que es triste que alguien esté sola y solo se sienta
acompañada por la lluvia, lo es, no os voy a mentir, pero también os voy a
decir que el que no se halla sentido nunca como me siento yo ahora no ha
vivido. Cada gota, solo una de esas pequeñas y minúsculas partículas de agua es
más valiente de lo que yo nunca llegaré a ser nunca. No exagero, se que son
cuerpos inertes, pero los ves, los miras y parecen vivos. A mí me hacen sonreír.
Me hacen apreciar todo aquello que, con unos cuantos años más pasaré por alto,
no me acordaré de estas noche mirando por la ventana simplemente para ver como
llueve, estaré demasiado ocupada en otras cosas, con otras personas, en otros
mundos. Hoy por hoy daría todo y más por que el resto de mi vida se concentrara
en una sola noche como la de hoy. Más de una vez pensé cómo sería salir sin
zapatos por la carretera y gritar mientras la lluvia se limitaba a caer sobre
mí recordándome gota tras gota que no es un sueño, que estoy viva, sola y
feliz, hoy y para siempre.
No os he aclarado nada, lo sé, seguís diciendo y viéndome como
una persona triste y melancólica, lo soy, todas y cada una de mis células me lo
recuerdan cada día, pero no me importa, yo sé apreciar una gota de lluvia en
una noche de invierno desde mi ventana, un pájaro cantando a las 5 de la mañana
en primavera, una ráfaga de viento a las 4 de la tarde en pleno verano, la
velocidad a la que cae una hoja mientras caminas por la calle en otoño. Serán
momentos que me mueven, me motivan. Si, sé que son pequeños, insignificantes
para los demás, pero para mí, cada uno de ellos son un mundo por descubrir, una
canción por cantar, un poema que leer, una foto que disparar, una lágrima que
derramar. Todas esas pequeñas cosas son las que yo quiero en mi vida, quiero
que no se vallan, que me recuerden quien soy, lo que es la velocidad, la
lentitud eso que ahora mismo todos ignoran.
No me importa cómo me vea la gente, me importa cómo les vea
yo a ellos. No me importa lo que haga el mundo a mi favor o en mi contra, me
importa todo eso que soy capaz de valorar de él y que nadie más puede hacerlo,
todas esas cosas que todo el mundo pasa por alto, todo eso a lo que nadie le da
importancia pero saben que está ahí. Eso y solo eso es lo que estoy dispuesta a
escribir hoy mientras llueve, dedicarle cada una de estas palabras a todas esas
gotas que caen sin importar dónde y que me hacen mirarlas durante horas sin
importarme la velocidad a la que pase el tiempo.
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