sábado, 22 de agosto de 2015

No te vayas

Si me tengo que despedir,
empezaré por los abrazos incontables
(por cantidad y duración)
que tendré que guardar en cajas
hasta que vengas a por ellos y te los de
uno a uno.

Seguiré por las noches
en la misma cerveza y misma pista de baile
que terminaban en la misma habitación,
horas después,
rememorandolo todo para que no se olvide.

No podría olvidar las tardes
y tardes
y tardes
que se quedarán vacías
porque ya no estarás en ellas,
pero me hablarán de ti
y de lo que te echan de menos
pero nunca tanto como yo.

Debería mencionar las llamadas de telefono
esas que espero que no olvides
(que no me olvides),
esas que han durado tanto
que ni soy capaz de contar,
y que haya mil millones más
y me reten a contarlas.

Tendría que hablar también de risas
y sonrisas
de confesiones y lágrimas,
de dramas, de traumas
de enfados, de fruncidos
de ceño
y de esos vestidos que te quedan tan bien.

Me despediré de los viajes andando,
y en metro y en tren,
en avión, en coche
y en todos los viajes que los libros nos han dado.

Me despido contigo
pero de tí,
no se como despedirme.

Si me tengo que despedir
creo que te diré: 'en un rato hablamos'.

Porque nunca seré capaz de decir(te) 'adios'.

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